En el Mar de las Hébridas encontramos una de las islas más extraordinarias del Reino Unido. La Isla de Skye no es solo la segunda más grande de las Highlands escocesas, sino que además se jacta de ser la más encantadora del continente europeo.
A lo largo de sus 1656 km², la Isla de Skye atesora castillos, acantilados y costas embravecidas, lagos y ríos caudalosos, bosques de fantasía y panorámicas que dejarán una huella indeleble en tu memoria. Uno de esos espectáculos que merece la pena conocer.
Los más aventureros encontrarán grandes dosis de diversión en el Eilean Donan y el Dunvegan. Estos castillos hunden sus raíces en el siglo XIII y ofrecen una arquitectura sublime, con almenas y murallas envueltas en trazos tan vigorosos como elegantes, que harán las delicias de los más románticos.
También el Fairy Glen (Valle de las Hadas) o los acantilados de Kilt Rock cautivarán a sus visitantes, aunque nada puede superar la monumentalidad del Old Man of Storr. Sorprende la belleza de esta joya natural, en las afueras de Portree, que recientemente se convirtió en el escenario del largometraje Prometheus.
Finalmente las costas de Glendale ponen el broche de oro a nuestro viaje. El faro de Neist Point constituye una visita obligada. Y es que no hay nada como aventurarse en esta atalaya natural, deleitarse con la visión del horizonte y dejarse conquistar por esta tierra de prodigios. Si pensabas viajar a Escocia, no puedes marcharte sin visitar la Isla de Skye.