Dublín, República de Irlanda

Dublín, República de Irlanda


Fotografia © Simon

Atrévete a conocer Dublín, la capital de la cultura irlandesa: pubs, música tradicional, naturaleza, vikingos, cerveza, literatura…

Dublín, capital de la República de Irlanda, es la ciudad idónea si quieres adentrarte de lleno en la cultura irlandesa. Seguro que en algún momento de tu vida te has tomado una cerveza en un pub irlandés, pero ahora tienes la oportunidad de saborear una deliciosa pinta de cerveza mientras disfrutas de música tradicional en directo en un verdadero pub irlandés. Enamórate del ambiente acogedor que te brinda la ciudad de Dublín mientras conoces un poco más la historia y cultura de este maravilloso país. 

Situada en la costa este de la isla de Irlanda que la República comparte con Irlanda del Norte (perteneciente a Reino Unido), Dublín ofrece actividades para todos los gustos: tours y museos con los que recorrer la interesante historia del país que incluye invasiones vikingas, la conquista británica y la guerra de independencia; paseos por las mismas calles por las que caminaban personalidades tan mundialmente conocidas como Oscar Wilde, Bram Stoker o James Joyce; escapadas para los amantes de la naturaleza bien a sus magníficos parques como Phoenix Park o a los maravillosos paisajes que se encuentran a las afueras de la ciudad como los valles de Wicklow donde se han rodado  escenas tan famosas como algunas de Braveheart y la serie Vikingos; y por supuesto la tranquilidad que proporciona tomarse una buena pinta de la deliciosa Guinness en los populares pubs de Temple Bar en los que se celebra especialmente la célebre fiesta de San Patricio

Incluso antes de que los Vikingos llegasen a la isla de Irlanda y fundasen la ciudad de Dubh Linn (laguna negra) a las orillas del río Liffey en el siglo IX, la historia tanto de la República de Irlanda como de su capital ha sido testigo de grandes atrocidades contra su pueblo, así como del incansable ímpetu de superación del mismo. Irlanda sufre a lo largo del tiempo numerosas invasiones, la primera de ellas es la invasión celta que provee de numerosos elementos a la cultura irlandesa que hoy en día todos conocemos. La lengua irlandesa, el Gaulish o gaélico, es uno de ellos. En el siglo V se produce la llegada del catolicismo a la isla a manos de uno de los iconos más importantes de Irlanda, San Patricio y su trebol de tres hojas, con el que se consigue la evangelización del territorio. Tres siglos después, la llegada de los vikingos marca la historia de Irlanda, en la que permanecen hasta el siglo XI dejando muestras tan importantes de su estancia como el mayor yacimiento vikingo del mundo fuera de Escandinavia. Estos son expulsados de la isla por Brian Boru, rey de Irlanda que junto con San Patricio representa la otra gran figura del país. 

A partir del siglo XII, los británicos toman el poder de la isla gracias a la actuación de Enrique II, con el que comienza un dominio de más de siete siglos en el que los irlandeses no cesarán de luchar por su independencia y contra las injusticias ejercidas por la Corona británica. La persecución de los católicos a partir de la ruptura de Enrique VIII con Roma es uno de los episodios más oscuros de la historia irlandesa que a día de hoy todavía tiene consecuencias, sobre todo en el país vecino, Irlanda del Norte. 

Otro de los momentos más duros para el pueblo irlandés es la Gran Hambruna de 1845 en la que la población se reduce a la tercera parte: aproximadamente un millón de personas mueren y otro millón se ve obligado a emigrar a diferentes partes del mundo, principalmente a Estados Unidos, razón por la que existen comunidades tan grandes  de irlandeses por todo el globo y la cultura irlandesa está tan extendida. 

En la ciudad de Dublín tenemos la ocasión de visitar algunos de los lugares más significativos de la dominación británica como lo es el Castillo de Dublín donde se hospedaban los representantes de la Corona; Trinity College, primera universidad de Irlanda fundada por Isabel I en la que solo podían estudiar alumnos protestantes; Kilmainham Gaol donde fueron encarcelados y ejecutados numerosos personajes que lucharon por la independencia de Irlanda o la Post Office de O’Connell Street donde se produjeron los asesinatos del levantamiento del Lunes de Pascua. 

Tras numerosos levantamientos a lo largo de los siglos, el sentimiento independentista arraiga cada vez más en la población hasta que en 1919 se inicia la Guerra Civil por la independencia de los irlandeses. En 1922 se proclama el Estado Libre de Irlanda a partir del cual se produce la separación con Irlanda del Norte, y finalmente en 1947 se proclama la República de Irlanda. En la actualidad, la República pertenece a la Unión Europea y Dublín, su capital, es una ciudad cosmopolita que mantiene historia, tradición y cultura mientras que ofrece los servicios de cualquier otra capital moderna. 

Dublín es un lugar que se caracteriza por su ambiente alegre y jovial en el que tanto los propios irlandeses y como personas procedentes de todo el mundo conviven y son conocidos por su carácter desenfadado y amable con los turistas. En cualquier época del año vas a encontrar buena compañía aunque si te gustan las multitudes puedes visitar la ciudad el 17 de marzo, el día de San Patricio, fecha en la que toda la ciudad se pinta de verde y sale a celebrar la fiesta irlandesa por excelencia. Otra buena temporada para visitar la ciudad es en verano, cuando el clima es más cálido y podemos encontrar mercadillos callejeros o festivales en los alrededores de la ciudad. También en Navidad además de mercadillos, se proyectan luces en los edificios más emblemáticos de la ciudad  y sus calles se invaden del espíritu navideño.

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